Dejando el sarcasmo y la ironía, estas personas necesitan ayuda. En una sociedad indulgente impera el crimen y la delincuencia. Denuncien, no dejemos que nos intimiden estas personas. Ellos se sienten orgullosos por como son y no pararán hasta que erradiquemos las condiciones que permiten su comportamiento. Observen a estos jóvenes. Viven entre nosotros.
13 de abril de 2008
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